Fletes y Mudanzas en México: Empresas, Teléfonos, Horarios y Ubicaciones

Aunque en un principio estos dos tipos de servicios pueden ser parecidos y estar estrechamente relacionados, lo cierto es que engloban ciertas diferencias que conviene que sepas para que puedas decidir de manera efectiva que es lo que realmente necesitas.

Así, cuando hablamos de un servicio de fletes hacemos referencia, en términos generales, a aquel consistente en transportar y trasladar bienes o mercancías de un lugar a otro.

En cambio, una mudanza es un tipo de servicio más global, el cual no solo comprende el traslado de bienes de un punto A a un punto B; también implica el añadido de ciertas prestaciones complementarias, que pueden ir desde el simple embalaje, emplayado o empaque para una adecuada protección del mobiliario y demás enseres, hasta complejas maniobras de carga y descarga o desarmado y armado de muebles.

Las llamadas mudanzas completas incluirán un servicio integrado con todas estas prestaciones; mientras que las más económicas optarán generalmente por solo alguna de ellas a fin de reducir costes para el cliente. En todo caso, cuestiones como la carga o descarga y un adecuada protección del contenido a transportar siempre estarán incluidas en un buen servicio de mudanza.

Aquellas prestaciones son opcionales y complementarias a un servicio de fletes mientras que son inherentes y consustanciales a uno de mudanza.

En definitiva, podemos considerar en términos generales que una mudanza es un tipo de servicio con una mayor complejidad natural que un flete.

Por regla general podemos considerar como servicio local a los fletes o mudanzas cuyo trayecto se realiza dentro de una misma ciudad u aquellas regiones que forman su área metropolitana. En este sentido, dicho recorrido no suele requerir el uso de carreteras estatales o federales. 

En cambio, podemos hablar de un servicio fletero o de mudanza foránea cuando aquellos requieran salir de dicha conurbación o zona metropolitana, generalmente cuando se realizan de una ciudad a otra con una distancia mayor a 40 Km entre el punto de origen y destino. De este modo, una mudanza o flete foráneo puede ser regional, estatal, nacional e incluso internacional.

Ahora bien, dicha consideración de lo que es foráneo o no puede variar entre una empresa mudancera u otra por lo que siempre conviene preguntar antes de contratar tu servicio de flete o mudanza, ya que tal consideración puede influir en el precio y responsabilidades ante una eventual pérdida o menoscabo de lo transportado.
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Dependiendo de su objeto las mudanzas pueden ser de diferentes tipos, lo cual puede repercutir de manera importante en su complejidad, planeación y ejecución.

Así, las mudanzas residenciales, de hogar o domésticas son aquellas que implican un traslado de bienes, enseres u objetos de naturaleza personal de una casa (o inmueble similar) a otra. Aunque se trata de operaciones que requieren de profesionalidad y planificación, por regla general su complejidad y ejecución no suele ser excesiva.

Diferente de este tipo de mudanzas son la corporativas (también llamadas ejecutivas, de oficinas o comerciales), las cuales implican un nivel de organización más complejo y especializado que las anteriores, ya que no solo se trata de trasladar muebles y equipos de trabajo, también implica cierta gestión con los socios, empleados y demás recursos humanos de dicho complejo empresarial a fin de evitar inquietudes y posibles problemas.

Parecidas a estas ultimas son las mudanzas de tipo industrial, las cuales suponen una mayor y más compleja logística, planeación y acciones de maniobra. Y es que en este tipo de operaciones se suele trasladar maquinaria bastante costosa, de gran peso y volumen, lo cual requiere manejarse con cuidados sumamente especializados.

Se llama volado de muebles a la maniobra de bajar o subir mobiliario, equipos o maquinaria por métodos poco convencionales; y es que dicho procedimiento es usado cuando lo llamado a transportar excede de las dimensiones de puertas, elevadores o escaleras de un determinado edificio y dificulta o imposibilita su maniobralidad dentro del mismo.

Otro caso común es cuando hablamos de muebles por piezas que se suelen armar dentro de la habitación o estudió en cuestión. En dichas circunstancias, cuando surge la necesidad de realizar un traslado de los mismos, resulta que dicho objeto no puede ser sacado del inmueble sin un previo desarmado. Para este caso puede resultar mucho más cómodo y eficiente que dicho mueble sea volado en lugar de proceder a su desmonte para su posterior montaje.

Como podrás imaginar este método puede resultar peligroso, ya que el subir o bajar muebles o equipos de gran peso y volumen por ventanas o azoteas requerirá personal especializado y férreas medidas de planificación y seguridad.

Cuestiones como habilitar espacios específicos (agarres sobre todo), un correcto emplayado del mobiliario o ejecución de las operaciones en condiciones climatológicas favorables (mejor sin lluvia o fuertes vientos) serán cruciales para un volado de muebles seguro, eficaz y eficiente.

Las mudanzas compartidas, también llamadas de grupaje o consolidadas, son aquellas en las que se aprovecha un mismo espacio de transporte para realizar varios envíos que comparten un mismo destino. Es decir, lo que se intenta es reunir a varios clientes que tengan necesidades logísticas y rutas en común a fin de reducir costes y proceder a una eficiente optimización de recursos, tal y como puede ser el evitar desaprovechar espacios de almacenamiento en un determinado vehículo o contendedor.

Por el contrario, las mudanzas exclusivas o individuales son aquellas cuyo espacio de almacenamiento y transporte son puestos a disposición de un único cliente, y el trayecto o ruta a seguir será personalizado en función de las necesidades logísticas específicas de aquel.

¿Cuándo elegir un tipo u otro de mudanza? Pues bien, todo ello dependerá de tu presupuesto, preferencias y necesidades.

Así, las mudanzas compartidas suelen ser más económicas que las exclusivas, ya que en aquellas los recursos se utilizan de una manera más eficiente, con una reducción de costes para la empresa que obviamente tendrá una repercusión final positiva en el cliente, lo cual se traduce en una relación en la que todos salen ganando.

Eso sí, debes tener en cuenta que los plazos de entrega pueden ser algo más tardíos que los de las remesas personalizadas, ya que en este tipo de mudanzas hay que atenerse a las necesidades logísticas de distintos clientes.

En cambió, los servicios de mudanzas individuales suelen ser más rápidos pero mucho más costosos; por ello aconsejamos que uses este tipo de envíos para mudanzas de un volumen importante que requieran grandes espacios de transporte y almacenamiento.

En cambió, el servicio compartido es más adecuado cuando tengas unas necesidades logística de transporte mínimas en las que ni siquiera ocupes la mitad del vehículo o contenedor.

Por regla general la ejecución de una mudanza requiere de un previo trabajo de planificación que en muchos casos puede requerir de semanas o incluso meses.

Ahora bien, en ocasiones surgen circunstancias en las que no es posible esta previa labor organizativa y se necesite actuar con prontitud y rapidez; tal y como puede ocurrir, por ejemplo, en un traslado de oficinas o un cambio laboral a otro Estado que requiera de una incorporación inmediata.

Son en este tipo de supuestos en los que entra en escena este tipo de servicio exprés, el cual te permitirá realizar tu mudanza de manera rápida, segura y eficaz.

Al ser una tipología que requiere de una organización muy específica siempre recomendamos que contrates a empresas especializadas en dicho servicio a fin de que puedan ayudarte en la planificación (inventarios eficientes, prioridades o donaciones de bienes que no quieras incluir ) y en el correcto manejo de tus bienes más preciados.

A la hora de elegir una empresa fletera o de mudanzas para el mejor traslado de tus bienes o mercancías te podrás encontrar con el hecho de que existen diversas modalidades de vehículos o unidades de carga para tal cometido. Esto tiene gran importancia, ya que dependiendo del volumen y naturaleza de tu flete o mudanza será necesario el empleo de una u otra modalidad de transporte.

Dicho esto, te contamos cuales son los tipos de vehículos más comunes que existen para que puedas elegir al profesional que te preste el mejor servicio.

Así, en primer lugar, están las camioneta de Estacas (estaquitas): Este tipo de vehículo se usa principalmente para mudanzas o acarreos pequeños y de escaso volumen. Para que tus bienes o envíos viajen en tal medio de una forma segura procura que el profesional en cuestión lleve dichos bienes en caja seca o en su caso bien asegurados y sujetos.

Para mudanzas de inmuebles o residencias de mayor volumen el vehículo más común es la camioneta de 3.5 toneladas en sus diversas modalidades. Y es que este tipo de transporte es ideal como unidad de carga para que puedas llevar a cabo tu mudanza de casa o departamento sin ningún tipo de problemas. Aquí de nuevo recomendamos el uso de caja seca para un correcto traslado de tus bienes.

De mayor capacidad es el camión Rabón (6 a 10 toneladas), y en sus diversas variantes es la unidad de transporte más adecuada para mudanzas de inmuebles de gran volumen (más de 4 habitaciones) y para el traslado de maquinaria y materias primas en general.

Finalmente, tenemos el vehículo Torton, el cual cuenta con una capacidad de carga de 16 a 22 toneladas. Este tipo de camión suele emplearse para envíos y traslados de gran peso y volumen, normalmente de mercancías y fletes o mudanzas de tipo industrial.

Dependiendo del tipo de bienes o mercancías que conformen tu mudanza o flete será necesario un tipo específico de carrocería o empaque para su óptimo transporte, y es aquí donde entran las cajas secas y refrigeradas.

En este sentido, las llamadas “cajas secas” son en realidad contenedores cerrados cuyo objeto es la adecuada protección de la mercancías a transportar. Y es que durante el transporte de la mismas estas pueden estar expuestas a diversos elementos que pueden resultar dañinos (aire, polvo, plagas o inclemencias climatológicas como lluvia o rayos ultravioletas, por ejemplo).

De este modo, la función primordial de estos espacios es proveer a lo transportado de un ambiente seguro y controlado en función de las característica especificas de dichos bienes y mercancías.

Paquetería, alimentos no perecederos, cereales, electrodomésticos y componentes electrónicos suelen ser transportados con este tipo de contenedores; normalmente en camiones tipo rabón, Torton y aquellas camionetas de 3.5 toneladas.

Por otro lado, si lo que se va a transportar son alimentos o mercaderías perecederas que requieran unas condiciones de refrigeración constantes; sin lugar a dudas la mejor opción son las cajas refrigeradas.

Para ello, este tipo de contenedores vienen diseñados con un recubrimiento específico y cuentan con equipamiento que permite mantener de manera óptima la cadena de frio y así adaptarse a las distintas necesidades de conservación de dichas mercancías.

En el transporte de carga general o regular se suele trasladar mercancías en pequeñas cantidades y volúmenes. Estas se suelen agrupar en bultos y manipularse por unidades. Según la forma en que dichos bultos o unidades se agrupen podemos hablar de una carga fraccionada (cuando la carga se transporta en fardos, sacos, cajas o paquetes) o carga unitarizada, es decir, cuando dichos bultos o unidades van dentro de un paquete de mayor volumen (pallets o contenedores, por ejemplo).

Por otro lado, está el transporte de carga especializada, pesada o voluminosa, el cual, por su naturaleza, masa o volumen (mayor a la habitual) necesita de una manipulación, equipamiento o almacenaje concreto para que pueda circular por la red de carreteras de un determinado territorio.

Finalmente tenemos el transporte de carga a granel (arena, hormigón, cereales, líquidos, gases y similares), en el que lo transportado no es empaquetado ni almacenado de manera individual; ya que para ello se usan unas unidades especiales denominadas camiones cisternas.

La carga a granel puede ser sólida (abonos, harinas, granos, minerales y similares); líquida (lubricantes, combustibles, grasas u otros) y Gaseosa (butano, propano u otro tipo de gases).

En función de su naturaleza, el transporte de carga puede ser clasificado de diferentes formas.

Así, en primer lugar nos podemos encontrar con el transporte de carga de productos peligrosos (tóxicos, inflamables, gases contaminantes, sustancias radiactivas, corrosivas, venenosas o explosivas, entre otros).

Por el gran riesgo que puede suponer su manipulación y transporte se exigen permisos y vehículos especiales para tal cometido, los cuales deben de estar debidamente acondicionados y señalizados con paneles reglamentarios para cada tipo de carga.

Diferente del anterior es el transporte de productos perecederos (frutas, verduras, carnes, pescados, congelados, flores o algunos medicamentos), los cuales necesitan de una temperatura constante para que puedan conservar durante su transporte las propiedades y características que poseían originalmente.

Para terminar tenemos el transporte de carga frágil (objetos de cristal, esculturas, porcelana, televisiones, antigüedades o piezas de arte entre otros), el cual, por sus características intrínsecas, debe realizarse con sumo cuidado, no solo en su traslado; también en su embalaje, protección y manipulación.